Opinión de
sara
en 28/01/2014
A MI IGLESIA: LA ASAMBLEA CRISTIANA APOSTÓLICA PROFÉTICA
Cuán digna eres Iglesia mía y sin embargo los integrantes y tus sellos a veces no lo son tanto. Y a pesar de todo cuán dentro de mío te llevo. Cuánto me has hecho sufrir y sin embargo cuánta devoción siento por ti.
A veces la impotencia de no estar en ella, donde era mi contención, hace que de mi mente salgan pensamientos no positivos de tu existencia y me confunde el dolor de algún día no verte más, porque necesito tu existencia. Me había escandalizado tu sistema y sin embargo me hiciste entender la santidad. Nunca vi algo más ilusorio y vendido, pero jamás toque algo más puro, divino y generoso
Cuantas veces tuve ganas de cerrarte en la cara la puerta de mi alma, pero sería como quitarme el aire que respiro y no podría vivir sin tu existencia, porque soy tu misma, aunque no plenamente.
Cuantas veces ore a Dios y le rogué a Cristo para poder morir en tu regazo, segura e inequívocamente. Cuantas veces pensé en construir otra iglesia a mi manera, pero no sería la misma porque sería mi iglesia y no la de Cristo y Él que sabe tanto de mí.
Aunque comprenda el mundo natural y el sobrenatural, la ciencia del bien y del mal, nunca dejaría que la ciencia del mal toque la profundidad de mi alma. Cuando perdí lo que más quería, volví con mi dolor a cuestas a refugiarme en su regazo. El perdón de Dios me tocó y me hizo sentir transparente. El amor de Cristo me dio nuevamente la vida y me calmó el sufrimiento. Es como si ésa nueva vida hubiera impedido que no se marchite mi alma al alejarme otra vez de ella, el porqué… tal vez por mi orgullo, solo Dios lo sabe.
Comprendo que no soy mejor que los demás y soy consciente de mi soberbia y mi fragilidad. ¡Señor, dame la entereza… que en mi hermano estás Tú…con sus defectos y errores!